Fujifilm Chile me hizo llegar el lente 90mm f/2.0 para probarlo un poco y ver cómo funciona sobre todo para retratar naturaleza. En este artículo voy a detallar un poco cómo lo utilicé y por qué nos hace salir de la zona de confort en la fotografía de naturaleza.
Es importante partir aclarando que este 90mm está creado para cámaras en tamaño de sensor APC-S, como la Fujifilm XT-4 que uso yo. Eso significa que según el factor de recorte que tiene este formato (1,5x), si multiplicamos los 90mm x 1,5, queda en un 135 mm equivalente a full frame aproximadamente.
Es decir, estamos hablando de un teleobjetivo, los cuales comienzan a partir de los 75-80mm. No es el típico teleobjetivo que vamos a usar para fotografiar fauna (Sobre 300 mm), pero si entra en esta categoría ya que el ángulo que tenemos de visión ya es bastante estrecho, nos comprime los fondos y nos permite obtener detalle de elementos a cierta distancia.
Saliendo de la zona de confort
Sobre todo para quienes acostumbran a salir con objetivos zoom, pasar a una óptica fija es entrar a un nuevo mundo. Al principio puede ser un poco complicado y abrumador, porque ya no tienes la opción de girar un poco el lente y conseguir el encuadre que buscas, sino que tienes que hacer todo un juego de movimientos para esto.
Si estás haciendo fotografía de paisaje, donde vas con trípode y te preocupas al milímetro de la composición, puede ser bien desafiante, ya que la única opción que vas a tener de cerrar o abrir el plano, será moviendo todo tu equipo hasta donde te sientas cómodo.
Por eso en un principio puede ser un poco limitante, pero si vemos el lado positivo, es todo lo contrario.
El hecho de que la óptica te limite en el rango focal, va a significar que nosotros como fotógrafos tengamos que hacer un esfuerzo extra por conseguir lo que buscamos, todos esos movimientos y ajustes que al principio pueden ser un poco incómodos y extraños, después de un rato sin darnos cuenta, nos va a permitir desarrollar herramientas que nos van a hacer mejorar mucho como fotógrafos.
90mm para naturaleza
Otro elemento que hace que este lente nos saque de la zona de confort, es que este rango focal no es muy común en naturaleza, ya que como mencioné más arriba, generalmente vamos a buscar ópticas más tele si queremos hacer fauna, o quizás más abiertas, si queremos hacer paisajes. El 90mm queda en tierra de nadie, un espacio algo ambiguo, que al menos yo nunca había usado en una óptica fija.
Pero considerando todo lo anterior, aproveché el tiempo que lo tuve para usarlo para aquellas cosas que según mi experiencia creo que podría haberse ajustado bien. A continuación detallo los elementos que destaco de este lente.
Fotografía de Paisaje
Una de las primeras cosas que sabía para que iba a utilizar el 90mm era para hacer paisaje. Personalmente cuando realizo este tipo de fotografía prefiero ir con ópticas más cerradas que abiertas, ya que de esta forma podemos seleccionar mejor lo que estamos fotografiando y descartamos todo lo que nos sobra en la composición.
Me permite hacer una fotografía de paisaje más casual, no tan estática, pudiendo ir con la cámara en mano fijándome en los detalles del terreno, sin necesidad de ir con el trípode y dedicarle varios minutos a una composición.
En este sentido el 90mm me encantó como óptica. Sobre todo para elementos en el paisaje que no están ni tan lejos, ni tan cerca. Ideal para trabajar fotografías donde queremos superponer distintas capas, dejando un primer término desenfocado y un fondo en la distancia.
Para este tipo de fotografías utilicé una apertura entre F4.0 y F5.6, para aprovechar los mejores rangos de nitidez del lente y además facilitar el trabajo de enfoque.
Fotografía “macro”
El Fujinon 90mm con 60 cm de distancia de enfoque mínima, no es un lente macro y está bien que no esté diseñado para eso, pero sí me hubiera gustado tener un poco menos de distancia para aprovechar más este mundo.
En cuanto a distancia focal, es perfecto para poder acercarse a elementos que no se van a espantar tan rápido, como pueden ser los insectos o pequeños anfibios, y si hubiera tenido una distancia de enfoque de 30 cm ya hubiera estado perfecto para mostrar más detalles.
De todas formas lo pasé bien persiguiendo algunos polinizadores y bichos.
Profundidad de campo
Asociado a lo anterior, al tener una apertura máxima de diafragma de f2.0, lo hace un lente muy estético para la fotografía de detalles. El desenfoque que deja (o bokeh) en su máxima apertura también es algo que me gustó mucho. Se nota en la imagen como grandes circunferencias perfectas. Lo que otorga a la imagen una estética muy elegante e incluso un poco onírica.
Aspectos generales
Creo que en general es una óptica muy cómoda y versátil. La calidad de imagen es la que acostumbra a dejar Fujifilm con sus lentes que siempre da mucha confianza. El tamaño es ideal, ya que no es ni tan grande ni tan pesado, ideal para llevar en la mochila como un infaltable para paisajes. Y es resistente al agua, lo que nos permite salir con confianza cuando está lloviendo o hay algo de humedad.
¿Para quién es este lente?
Este lente se lo recomendaría a fotógrafos y fotógrafas que buscan versatilidad en una óptica fija. Para quienes buscan algo que les permita hacer fotografía de paisaje y al mismo tiempo enfocarse en detalles particulares. También para quienes buscan salir del típico rango 16-80mm o 24-70mm y buscan algo más de distancia para su fotografía de paisaje.
Y sobre todo, para quienes busquen desafiar un poco más sus habilidades en la fotografía y de nuevo, salir de su zona de confort. No es una óptica para comenzar, creo que hay que tener un poco de manejo sobre todo en composición y narrativa visual para poder utilizarla de la mejor forma.
Pero sin duda, cuando nos exponemos a situaciones nuevas y desafiantes, poco a poco vamos mejorando en nuestras habilidades y este lente puede ayudarnos a esto.
Si te interesa este lente lo puedes encontrar en este enlace en la tienda Mi Foto Pro.