Como primer post esperaba escribir algo más profundo hablando de porqué abrir un “blog” (o como sea que se catalogue este sitio) en pleno año 2022. Entre tanta vuelta me pareció mejor empezar directamente con el formato que hace rato tenía ganas de crear. Un espacio para compartir no solo una simple fotografía, sino también relatos que acompañen las vivencias que me llevaron a captar estos momentos. Pueden ser también reflexiones acerca de un lugar, de una especie en particular o incluso entrar en detalles más técnicos.
Lo que está clarísimo, es que la naturaleza y la vida silvestre serán los protagonistas indiscutidos. Creo y espero que este sitio irá madurando por sí solo y también tengo todas las intenciones de alimentarlo con contenido periódicamente, en la medida de lo posible. Ya vendrá un post explicando el porqué y el origen de todo esto. Por ahora quiero soltar estas fotografías.
Nunca nunca nadie se habría imaginado unas fiestas patrias nevando. Pero así fue el 17 de septiembre para los que estamos entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos. Un evento completamente fuera de norma y que muy bonito se veía pero también cierta parte de nosotros se cuestionó al menos una vez si esto no es otro de esos eventos pre-apocalípticos que se vienen con el cambio climático.
Definitivamente no se podía dejar pasar la ocasión, por muy calientita que estuviera la casa. Una de las partes interesantes y lo que me motivó a agarrar mi cámara y salir, es que en cuanto a vida silvestre, estamos en teoría saliendo del invierno, es decir, la fauna se empiezan a mostrar más y con comportamientos asociados a la entrada de la primavera, mucho más activos, saliendo a buscar alimento en los nuevos brotes de la vegetación, buscando pareja y muchas aves empiezan a construir sus nidos. Como en Bambi cuando llega la primavera. Entonces este evento llegó en un periodo de mucha actividad faunística visible.
Aquí en el sector donde vivo (Ilihue), no alcanzó a acumularse la nieve como en otros lugares. A pesar de estar bastante al interior, tenemos el Lago Ranco, que es un tremendo cuerpo de agua que regula las temperaturas, evitando grandes heladas o calores sofocantes. Es por eso que las precipitaciones a lo largo de ese día estuvieron variando entre lluvia, aguanieve y nieve gruesa. En otras partes la nieve alcanzó a acumularse varios centímetros.
Entre las especies que más pude fotografiar están los tordos. Estas aves andan generalmente en bandadas y grupos que pueden ir de unos cuantos individuos a varios cientos. Y en esta fecha, por estos sectores de mucha actividad ganadera, se agrupan en grandes números. Les encanta escarbar en las cacas de vacas y caballos ya que ahí se agrupa una gran cantidad de materia orgánica que atrae a bichos y gusanos.
A estos no pareció mucho afectarles la nieve, curiosamente sí los vi más activos que normalmente. Casi como si estuvieran disfrutando del evento. Este amigo de abajo estuvo cantando maravillosamente varios minutos solo, mientas sus compañeros escuchaban emplumados. Y para quien no ha escuchado el canto del tordo, le recomiendo poner atención cuando lo vea porque es un deleite sonoro.
Después, por supuesto, el oportuno e infravalorado zorzal. Que al ser una especie tan común a lo largo del país, el pobre no es el plato principal de fotógrafos/as o amantes de las aves, ya que siempre está y se vuelve un poco fome al lado de un martín pescador o un carpintero.
Pero por eso mismo, es una excelente ave para practicar nuestras habilidades fotografiando fauna y dedicándole tiempo y cariño, puede ser siempre un perfecto modelo para nuestras fotos (También tengo una idea de post para aves comunes para más adelante).
Por ahí también andaba un grupito de cometocinos patagónicos. A estos últimos les encanta también andar cerca de los establos donde caen granos de avena que botan los caballos y los muy vivos no se pierden una. Son una especie bastante fotogénica por sus colores y además bastante confianzudos, lo que permite que nos podamos acercar bastante sin que se alejen. También es común verlos en bandadas mixtas, junto a rayaditos, cachuditos y comesebos.
Por último, la infaltable de los campos sureños, la bandurria. Y esta la dejo para el final porque fue la que más me llamó la atención en cuanto a su comportamiento. Mientras el resto de las aves trataban de mantener su rutina, las bandurrias andaban muy nerviosas y erráticas, sobre todo al volar. Emprendían vuelo casi sin razón y torpemente comenzaban a dar vueltas en círculo, como si trataran de esquivar los copos de nieve. En tierra andaban muy alerta además.
Me imagino que al ser especies bastante nerviosas normalmente, siempre alertas a posibles depredadores, perros o a nosotros mismos, el hecho que cayera tanta nieve limitaba sus sentidos, sobre todo la visión y el oído. Esta podría haber sido una razón por la que no se sientan tan a gusto con la nieve. Quizás también es una especie que su distribución está alejadas de zonas de mucha nevazón, lo que puede haberlas tenido incomodas.
Consideraciones Finales
Según David Yarrow, una buena fotografía cumple con tres condiciones. Primero, es una imagen que podemos estar observando sin aburrirnos un largo periodo de tiempo. Segundo, es una imagen que probablemente nunca podrá ser tomada de nuevo. Y tercero, nos provoca algo, nos mueve alguna fibra alguna sensación en el estómago.
Creo que conociendo estas palabras o no, la mayoría de quienes nos apasiona la fotografía de alguna u otra manera sentimos ese instinto fogoso que nos inunda cada vez que estamos en presencia de una situación que sabemos difícilmente se repetirá. Una sensación que nos obliga a armar nuestro equipo lo más rápido posible y salir.
Por su puesto que es interesante mostrar el comportamiento de las especies enfrentándose a una situación a la que no están acostumbradas, pero otra cosa infinitamente más potente y que puede calar mucho más hondo, es transmitir emociones frente a esta situación particular. Narrar una historia que conmueva a través de las imágenes. Definitivamente ese es nuestro trabajo como comunicadores visuales, sobre todo cuando estamos trabajando para la conservación.
La fotografía es más que un registro, es una forma de hacer arte, poesía visual. Y el arte y la poesía son las que traspasan el tiempo, las generaciones y las fronteras.
Gracias!
Si llegaste hasta aquí y no eres ninguno de mis papás, te amo por eso. Si te gustó siéntete bienvenido o bienvenida de comentar y compartir.